La lluvia en la ventana me recuerda que el otoño ha llegado y con él las despedidas. Te vas y pides que el tiempo nos respete y yo prometo esperar un año, pero ni tu confias en mi ni yo me creo nada de ti. Nos prometemos hablar cada dia, yo duré un mes, tu apenas tres semanas. Nos besamos, nos despedimos, el autobus se marcha y nos toca esperar al proximo verano.
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