Cuando salió al portal, tuvo que sacar el paraguas. Rondaba más o menos los 23. Habia nacido con una malformación congenita y ya en dos ocasiones habia estado más cerca de irse que de quedarse, una a los siete años, cuando le fallaron las piernas y cayó desde unos columpios, y otra hacía apenas dos años, cuando mientras bajaba unas escaleras sintió como el corazon le explotaba.
Así que se dijo, que narices, y guardó el paraguas, y dejó que el agua le cayera en la cara. Y es que cuando sientes que cada dia puede ser el ultimo, cuando sientes que cada segundo puede ser el ultimo, nada te importa, vives cada hora con miedo, cuando tu infancia la pasas en hospitales, no sueñas con ser medico, cuando vas al parque y no puedes jugar, empiezas por no querer jugar, empiezas por no creer. Cuando tus padres te dicen que eres especial, empiezas por no querer ser especial, empiezas a querer ser normal, no sueñas con ser astronauta, sueñas con no ser especial, simplemente quieres ser uno más.
Así que subió la cuesta que le llevaba hasta su casa, con el pelo empapado, y la sonrisa en la cara, la gente te mira y tu los miras y sonries, por una vez eres libre, por una vez no te preocupas, por una vez no te preocupa nada, por una vez sabes que hagas lo que hagas todo tiene un final, y el tuyo esta mas cerca o mas lejos, lo importante es vivirlo sin miedo. Lucha por lo que crees, y es que cuando toda tu vida, no es vida, cuando toda tu vida la vives como si fuera la ultima, nada importa.
Y es que cerca del suelo la caida es mas suave.
1 comentario:
Y cada día puede ser un gran día.
Pero hay días más grandes todavía
;)
Publicar un comentario